¿Porque se usan distintas técnicas en rinoplastia?.

Existen distintas técnicas en la cirugía nasal y principalmente se han desarrollado para conseguir un resultado determinado según unos problemas previos. Un diagnóstico correcto es la piedra angular para optimizar el tratamiento.

La nariz es una estructura central a nivel facial y  un punto clave que atrae la atención de los ojos del interlocutor. Su forma y altura afecta al equilibrio de los tercios faciales. De este modo es importante que no se note que ha sido operada.

La idea quirúrgica ha cambiado mucho en los últimos años. Se ha pasado de técnicas de reducción drásticas que daban como resultado paciente que se percibía que su nariz había sido intervenida, a soluciones en armonía donde se trabaja directamente el esqueleto nasal y se colocan cartílagos estratégicos para dar forma a las estructuras y configurar una nariz muy natural.

La dos principales técnicas son la rinoplastia abierta y la rinoplastia cerrada.

La diferencia básica reside en la existencia de una cicatriz de unos 6 mm en la estructura que une la punta con la base nasal, entre los dos orificios nasales. Desde esta incisión se pueden levantar los tejidos se están sobre el esqueleto de la nariz dejando este al descubierto para poder realizar los cambios.

Mediante la técnica cerrada de rinoplastia,  la visualización del esqueleto nasal es más difícil y en muchos casos se actúa mediante el camuflaje de los defectos. El grado de control en la técnica abierta es superior a la cerrada y el ese control de cada uno de los aspectos de la rinoplastia es importante para el resultado final.

Con la técnica abierta de rinoplastia se controla cada alteración inestética del paciente y se puede corregir directamente los defectos. Para esta corrección se colocan injertos de cartílago que dan forma a determinados puntos nasales.  Se colocan en planos más profundos de modo que se notan menos desde el exterior.

Y dos aspectos importantes: las alteraciones de  la forma nasal se corrigen directamente y no se camuflan con injertos de cartílagos en zonas más superficiales de los tejidos nasales. Inicialmente este detalle parece no tener importancia pero en el proceso de envejecimiento la evolución nasal es más armónica y no se exponen los injertos más superficiales.

Mediante la técnica abierta se pueden trabajar los defecto funcionales, mejorando las válvulas nasales internas o reforzando las mismas. Se asegura de este modo el flujo ventilatorios del paciente tanto en reposo como en los momentos de realización de ejercicio físico.

La cirugía de la nariz es una técnica de ajustes milimétricos que cualquier cambio puede producir un resultado muy bueno o la posibilidad de cirugía secundaria.

Artículo de: Dra. Elena Jiménez
Especialista en Cirugía Plástica y Estética