04 Jun ¿Amor, enamoramiento o Enfermedad mental?
Primer amor, primer dolor …. Todos normalmente alguna vez hemos sentido eso que se llama enamoramiento, para algunos es un estado emocional de intenso bienestar y felicidad; para otros, en cambio, el enamoramiento llega a ser una enfermedad que les mortifica, les hace sufrir. Curioso pero cierto, el mismo sentimiento según en qué fase, momento, circunstancias vitales o tipo de personalidad se tenga, puede ser una experiencia placentera, intensamente desagradable e incluso un sufrimiento intenso para el sujeto y para los que le rodean.
Amor y Biología
Lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia del individuo y de la especie. No obstante, en la mayoría de las especies animales existen expresiones de lo que se llama «amor» que no están directamente relacionadas con la supervivencia de la especie (homosexualidad) ni con la reproducción del individuo (sexo por placer).
En las relaciones amorosas existen una serie de etapas que a su vez están reguladas por mediadores químicos. De forma resumida se pueden sintetizar así:
1.- El impulso sexual indiscriminado o excitación sexual.
- Regulado por la testosterona y estrógeno en la mayoría de los mamíferos y casi exclusivamente por la testosterona en el ser humano, y es detectable neurológicamente en el córtex cingulado anterior.
2.- La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento.
- Regulada por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer. Esta segunda etapa es inusualmente prolongada en el ser humano frente a otras especies (hasta 18 meses).
3.- El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja.
- Regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada (puede prolongarse toda la vida).
¿Es el amor una enfermedad mental?
Hay que diferenciar entre AMOR y ENAMORAMIENTO.
En el amor hay menos emoción y menos pasión que en el enamoramiento, pero a cambio hay más estabilidad, realidad y verdad.
Cuando una persona dice estar enamorada, habría que entender que se encuentra en esa primera fase, es decir se encuentra ante una “emoción”.
El enamoramiento es un estado afectivo de gran intensidad, de corta duración y que produce con frecuencia manifestaciones somáticas, tanto agradables como desagradables, según cual sea el curso de los acontecimientos. El enamorado no emplea a penas la parte más compleja del cerebro, sino que actúa con el llamado sistema emocional o límbico, por eso es fácil cometer errores, trasgredir normas, crear una confabulación, modificar una imagen o una palabra. En suma, tomarse el mundo por montera y desoír los consejos “prudentes”, es decir, mesurados, objetivos y lógicos, de su entorno. ¿Y todo esto porque es así? Aunque algo ya hemos apuntado permítanme que insista en las bases biológicas, y a lo mejor de esta forma podemos comprender situaciones que con frecuencia justifican que en esto del amor todo anda “patas arriba” es decir, ¡que el mundo va al revés! Hay que partir de una idea clave, el ser humano no tiene un cerebro, sino tres.
Cuando hablamos de enamoramiento si podemos estar ante un trastorno o enfermedad, según las circunstancias del caso. El enamoramiento puede ser considerado como una forma de enfermedad mental; incluso ser considerado un estado psicótico transitorio, es decir, es una locura pasajera.
- El “enamorado” no piensa, solo siente.
- El que “ama” siente y piensa.
- El que está “apasionado” siente y piensa pero los sentimientos deforman la realidad hasta hacerla absolutamente diferente de cómo realmente es, pudiendo vivir exclusivamente en función de esa idea sobredimensionada e incluso a veces hasta delirante, es decir, fuera detona lógica y sentido común.
¿Qué es el enamoramiento?
El enamoramiento desde la antropología es una conducta obligadamente irracional dirigida a asegurar la procreación y la supervivencia de la especie.
El tiempo acaba con el enamoramiento puesto que solo se puede idealizar a quien no se conoce apenas. A quien se conoce se le puede admirar, querer, valorar; o por el contrario despreciar, rechazar e incluso odiar. De una u otra manera, el conocimiento destruye el espejismo, y lo que parecía eterno se descubre como efímero. El enamoramiento es en consecuencia una situación provisional que da paso al desamor, o bien al amor maduro.
Cerebro, Amor y Sistema Nervioso
Nuestro sistema nervioso, cuyo órgano central es el cerebro, complejo y exquisito, está compuesto por un sistema muy primitivo que llamamos cerebro reptiliano que es el que controla la parte instintiva y más primaria. Este está programado para funcionar casi automáticamente, aunque supervisado por los otros dos. Es el encargado de que el corazón tenga un ritmo, de que respiremos, hagamos la digestión, y también que sintamos como el vello se eriza ante la persona amada, aparezcan sudores u hormigueo en el estómago.
En segundo lugar, está el que podemos llamar cerebro emocional, mucho más complejo y sofisticado que el anterior y que se encarga de elaborar, y también de hacer conscientes nuestros sentimientos y emociones, tanto los agradables y positivos como los desagradables y en cierta manera negativos
Por último, tenemos el neocortex y va a ser el que empleamos para pensar, realizar cálculos lógicos, formar conceptos, abstraer información, recordar etapas evolutivas previas, en suma, para separarnos de la mayoría de las especies y dar al ser humano el atributo de civilizado (aunque a veces cueste creerlo).
Estos tres cerebros no van por libre, aunque a veces lo parezca, sino que se interrelacionan y comunican. Pero también es cierto que según cuales sean las circunstancias uno de ellos, sobre todo el sistema límbico puede dar, para entendernos, como un “golpe de estado” apoyado por su “lugarteniente” el cerebro reptiliano y apoderarse del mando. En este caso, y como se dice coloquialmente ya tenemos el follón montado. En ese preciso momento el individuo no piensa los riesgos, ni calcula los conflictos, ni se cuestiona los inconvenientes, simplemente actúa según los dictados de su corazón, aunque en realidad es el sistema límbico el que actúa. Y ello nos explica como un sujeto puede salvar su vida al saltar a la acera por que ha oído el pitido de un coche que se aproxima sin casi pensarlo, y también, en su aspecto negativo, agredir violenta e impulsivamente a otro sujeto porque sus “celos” le impiden ver objetivamente la realidad.
El amor biológico
El amor se puede definir como una serie ideas, sentimientos y emociones que ligan a una persona con otra. Hay muchos tipos de amor, por ejemplo, el que se produce entre padres a hijos, entre un hombre a una mujer, el que podemos tener a los animales, a los seres humanos e incluso a uno mismo que es la llama de egoísmo saludable.
Si pretendemos hacer un análisis riguroso y biológico, el amor es una situación afectiva compleja que evoluciona por fases muy diferentes que van desde una elemental y primitiva emoción de gran intensidad, corta duración y acompañada de manifestaciones vegetativas (hormigueos, sudoración, palpitaciones, etc.), hasta un sentimiento profundo, estable, permanente, de menor expresividad somática, pero mucho mas racional, pasando por estados especiales en los que existe la intensidad de la emoción y la duración del sentimiento y a los que la psicología clásica ha venido denominando como pasiones. Como vemos hablar del amor es, de entrada, algo mas complejo y confuso de lo que a primera vista puede parecer.
Esta afirmación que desde el punto de vista médico es evidente, también lo recoge la sabiduría popular, en donde es frecuente oír que el amor tiene fecha de caducidad, que es un estado de trastorno mental transitorio, que los seres humanos son polígamos y que solo la represión social y la censura ético-moral les lleva a la monogamia. En fin opiniones hay para todos los gustos y de todos los colores, y probablemente también todas tienen algo de verdad, aunque no sea la verdad absoluta ninguna de ellas.
Artículo de: Dr. José Carlos Fuertes Rocañín
Psiquiatría